Cantautora chilena de origen palestino, Daniela Shejade (31) ha encontrado en la música un espacio de memoria, resistencia y denuncia. Formada en el piano desde niña y con estudios en conservatorio, hoy transforma el duelo colectivo del pueblo palestino en canciones íntimas y directas.
Su nuevo sencillo, “Al otro lado del mundo”, nace en medio del genocidio en Gaza y reflexiona sobre el dolor, la pérdida y la vida suspendida de quienes solo pueden sobrevivir.
En conversación con Al Damir, Daniela habla sobre identidad, herencia familiar, creación artística en tiempos de horror y el poder de la cultura como refugio frente a la violencia.
Por: Valeria Apara Hizmeri.
- ¿Desde cuándo empezaste a hacer música?
“He dedicado mi vida a la música. Empecé a aprender piano desde que era muy chica; estudié muchos años en el conservatorio hasta que quise cambiar el enfoque musical y dejé lo docto”.
- ¿Cuándo empezaste a vincular tu música con Palestina?
“Cuando empecé a hacer canciones, que fue alrededor de 2019/2020. Una de las primeras canciones que hice fue sobre Palestina, en respuesta a la anexión que quería hacer Donald Trump. En ese tiempo aún no sabía que me dedicaría a hacer canciones, pero quise dar un mensaje, y la mejor forma que tengo de hacerlo es a través de la música”.
3) ¿Qué lugar ocupa la memoria familiar en tu proceso creativo?
“La memoria familiar creo que radica no solo en lo vinculado a Palestina, sino en la completa identidad que forja tu familia a lo largo de la vida. También creo que en la sensibilidad de cada persona se guardan las historias familiares como algo casi completamente genético; los dolores que vivieron mis abuelas, tanto mi abuela palestina como mi abuela chilena, marcan hoy mi memoria y forma de sentir el mundo. Siempre he sabido que tengo una parte de mi familia que es palestina, pero, a medida que fui creciendo, me fui vinculando políticamente”.
4) Háblanos de tu canción “Dijeron que no había nadie”. ¿Qué te motivó a escribirla?
“Dijeron que no había nadie es una canción que está inspirada en la propaganda sionista de antes de la creación del Estado de Israel, que decía: ‘una tierra sin pueblo, para un pueblo sin tierra’, invisibilizando y negando la existencia del pueblo palestino.
Cuando empecé a adentrarme en la historia de la ocupación de Palestina, este eslogan fue una de las cosas que más me marcó. Encontré terrible que un pueblo que sufrió el exterminio haya sido capaz de realmente invisibilizar a otro y robarle prácticamente no solo su tierra, sino también su cultura.
Esta canción es la segunda que hice en mi vida, cuando aún no sabía cómo encontrar los temas para componer o lo que quería abordar en mis canciones. Nace cuando estábamos en pandemia y Trump quería anexar los asentamientos en Cisjordania; era una noticia terrible y estábamos todos encerrados. Fue una forma de poder manifestarme desde mi casa y visibilizar lo que estaba pasando”.
5) Cuéntanos sobre el primer sencillo de este nuevo disco que acabas de lanzar.
“En octubre acabo de lanzar el primer sencillo de mi nuevo disco, Al otro lado del mundo, que es una canción inspirada en el genocidio, principalmente en el duelo y el dolor humano. Nace de preguntarme: si yo puedo sentir un dolor tan fuerte por una pérdida, ¿cómo será el dolor de los palestinos que ya solo les queda sobrevivir? Que pierden a sus familias, sus mascotas, sus amigos día a día. En qué se transforma el dolor cotidiano cuando hay un dolor humano tan fuerte atravesándote”.
6) ¿Qué reacciones has recibido de palestinos o de la diáspora al escucharla?
“En general, las reacciones son muy bonitas. Siento que logro conectar con la diáspora palestina a través de mis canciones y emocionar a muchas personas. Todos y todas estamos sufriendo día a día por lo que pasa en Palestina, no solo en estos últimos años, sino en la ocupación que ya lleva casi 80 años.
Ha sido muy lindo poder llevar un mensaje así a través de la música; muchas veces la música funciona como un escape emocional que necesitamos para canalizar lo que nos pasa.
También ha sido lindo que personas que no son de la diáspora empatizan y se sensibilizan mucho con la canción, y creo que eso es lindo: llegar también a personas que quizás no llevan a Palestina en su identidad, pero sí pueden empatizar con su dolor”.
7) ¿Crees que la música también es resistencia?
“Absolutamente. Creo que la música es resistencia, no solo por el mensaje que puedes dar a través de esta, sino por mantener viva la memoria. Hay muchas formas de hablar de Palestina y una de esas es la música.
También creo que la música es, muchas veces, una forma de canalizar el dolor. Es impresionante ver cómo en Gaza, en medio de los bombardeos, hay personas tocando instrumentos, haciendo arte de distintas formas. La cultura hace permanecer vivo a un pueblo; es una forma fundamental de resistir.
«En Palestina, la música ocupa un lugar fundamental no solo porque une, sino porque en el mundo árabe se rescatan los sonidos propios, manteniendo su esencia. Eso también es una forma de resistir: muchas bandas actuales reversionan canciones antiguas, como las de Fairouz. Esa continuidad mantiene viva la tradición”.
8) ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
“Acabo de terminar mi segundo disco, del cual la primera canción que publiqué es sobre Palestina, Al otro lado del mundo. Ahora viene seguir publicando mi música, este segundo disco y seguir componiendo”.

