- Junto a su hijo Cristóbal, realizaron una desafiante expedición a Noruega, específicamente al archipiélago de Svalbard, el asentamiento humano más septentrional del planeta en pleno mar ártico, coincidiendo con fechas, lugares y circunstancias emblemáticas vinculadas a la causa Palestina.
Al conmemorarse 74 años de la tragedia Palestina, (Nakba) padre e hijo, ambos montañistas, emprendieron este simbólico viaje que una vez más los conectó con la tierra de sus orígenes. “Pude constatar como la causa Palestina está presente en los rincones más lejanos del mundo como es este caso” señaló Alex Cattan, quien relata que cuando “se analiza el conflicto que se vive en Palestina, Oslo tiene un espacio muy importante en la historia. Es la ciudad en la que se firmó el “Acuerdo de Oslo” el año 1993, que si bien se quiso vestir como esencial para el logro de una paz definitiva, hoy se puede señalar que dicho acuerdo fue un instrumento que quiso legitimar internacionalmente la ocupación de Israel, sobre en el territorio palestino. Por ello, resulta válido considerarlos como parte de la tragedia (Nakba), ya decretada con la partición de Palestina en mayo de 1948, una tragedia que ha significado un apartheid a su población y el robo sistemático de la tierra y la cultura a su pueblo nativo”.
Alex Cattan recordó que “el abogado Yoel Singer, consejero legal de la delegación israelí en el Acuerdo de Oslo, actualmente considera que fue un error negarse a la exigencia Palestina de detener la construcción de los asentamientos judíos ilegales en Cisjordania, como fue declarado por la misma ONU.
Así mismo, hoy lamenta que en estos 29 años el número de colonos en territorio ocupado se haya triplicado a 700.000 e Israel controle, en un apartheid permanente, al Estado de Palestina, destruyendo totalmente las oportunidades de un Estado palestino libe, con derechos soberanos y la posibilidad de que el pueblo nativo viva en su tierra”.
SVALBARD Y LA CAUSA PALESTINA
Alex Cattan junto a la pastora Siv Limstrand. Algunos souvenirs palestinos que tienen a la venta en la iglesia más al norte del planeta.
La Iglesia de Svalbard, es la iglesia más al norte del mundo. El 19 de septiembre del 2016, su párroco Leif Magne Helgesen, instauró La Semana de la Iglesia por la Paz en Palestina, donde el llamado fue «Construir paz, no muros». Se plantaron olivos, porque “estos pueden dar frutos durante muchos cientos de años y, por lo tanto, son herramientas poderosas en un trabajo de paz constructivo” señaló.
Alex Cattan agrega que “al igual que el fracasado Acuerdo de Oslo y los intereses de las potencias sobre Palestina, Svalbard en Noruega, también sufrió un tratado desigual en 1920. Aunque sus consecuencias no fueron tan graves como en el caso de Palestina, fue un claro ejemplo de dominación de las potencias. En efecto, se trató de un tratado multilateral que reconoce la soberanía de Noruega sobre el archipiélago de Svalbard y sus aguas territoriales, pero garantiza que las empresas nacionales de todos los Estados contratantes, se benefician en igualdad de derechos en el acceso a los recursos naturales de la región. Al igual que el Acuerdo de Oslo, el tratado de Svalbard también obligó a la desmilitarización del territorio y prohíbe la construcción de cualquier tipo de fortificación”.
“Me resultó muy simbólica la visita a la iglesia de Svalbard, donde está el frío extremo, pero por otro lado encontré el calor a la fraternidad con Palestina y huellas tan concretas de la tierra de nuestros abuelos.”
El párroco Leif Magne Helgesen, se fue de Svalbard hace cuatro años pero me recibió la pastora Siv Limstrand, quien tuvo gestos de solidaridad con Palestina”, destacó.
Alex Cattan contó que el párroco Leif Magne Helgesen desarrolló, desde Ginebra, viajes periódicos a Tierra Santa, donde los visitantes tenían la posibilidad de conocer, en terreno, la realidad de cómo viven los palestinos. De esas visitas surgió su libro “De la Orilla Oeste” y en su prólogo relata: en dos viajes, el 2014 y 2015, me quedé en Cisjordania como escolta enviada por el Consejo Mundial de Iglesias. El mandato era claro. Iba a trabajar contra la ocupación de Cisjordania. “Traté de prevenir abusos y decirle al al mundo sobre lo que viví. Este libro no trata de judíos contra musulmanes, ni de Israel contra los palestinos. Se trata de valores como la justicia y la igualdad frente a la opresión y la falta de libertad. Describo lo que soy y he experimentado. Mi esperanza es poner un foco de atención en lo que está sucediendo. Necesitamos hacer algo. Hay oportunidades en la presión del mundo fuera”.
Cuando la pastora Siv Limstrand se enteró que íbamos a realizar una expedición atravesando la isla en ski, tirando nuestros trineos, abrió un mueble y sacó dos ángeles de la guarda que nos regaló a cada uno. Se trata de artesanías palestinas, manufacturadas por el único proyecto de apoyo económico a la lana, “Juntos por la Vida”, confeccionados solo con ovejas palestinas y que reúne gente con y sin discapacidades intelectuales.
LA RUTA Y SU SIMBOLISMO
Alex Cattan junto a su hijo Cristobal Cattan
“Mi visita a Noruega en el mes de conmemoración de la Nakba, me permitió reivindicar la lucha palestina por su autodeterminación y logro de un estado soberano” sostuvo Alex Cattan. Realizar una travesía de 50 kilómetros entre glaciares, arrastrando sus propios trineos entre el hielo y la nieve, no sólo es un desafío personal desde el punto de vista físico y mental. También es una forma de evidenciar que las consecuencias de Oslo pueden ser superadas.

Durante el trayecto los acompañó la bandera palestina, simbolizando “el espíritu de los que llevamos la causa palestina en nuestro corazón, estableciendo que todas las barreras que se instalaron gracias a los Acuerdos de Oslo, podrán ser superadas con la voluntad de los palestinos del mundo de seguir luchando por sus derechos y por el irrenunciable anhelo de ver a Palestina libre de la ocupación y del apartheid que hoy le afecta”, agregó.
Alex Cattan detalla que “el plan de ruta se inició el 28 de abril en la costa oeste, exactamente en el fiordo Temple, donde se comienza a esquiar arrastrando nuestros trineos y subiendo lentamente por el glaciar hasta nuestro primer campamento. El segundo día continuamos ascendiendo por el poderoso glaciar Von Post hasta el paso entre el glaciar Von Post y el glaciar Hayes. Acampamos cerca de la montaña Panorama, donde existe una vista increíble de los glaciares y picos circundantes. Luego comenzamos el descenso hacia el glaciar Hayes y la costa este, con impresionantes vistas de los glaciares y cumbres aisladas (nunataks) que emergen del hielo. Después de cruzar todo el glaciar Hayes, establecimos el campamento, cerca del glaciar Konigsberg. El 1 de mayo fue nuestro último día donde entramos en el hielo que rodea la bahía de Mohns, donde se encuentran el frente del glaciar Hayes y el glaciar Heuglin. En esta latitud, existen más de 3.000 osos polares, por lo que es indispensable hacer guardia durante las horas de sueño. En esta fecha no hay noche, por lo que es indispensable llevar binoculares, armas con tranquilizantes, bengalas, y telefonía satelital a lo largo de esta travesía”.
“Esta experiencia fue totalmente nueva para mí porque que estaba acostumbrado a las ascensiones a cumbres, donde uno siempre tiene la opción de regresar en cualquier momento. En cambio, en esta oportunidad, se trató de un concepto de ”travesía y horizontalidad” donde una vez iniciado el viaje, no hay retorno. La única opción es avanzar hacia el destino, sin importar lo que ocurra. Todo un símbolo en la lucha de la causa palestina”, confidenció.
