- El pasado 26 de septiembre se realizó en el Club Unión Árabe Palestino de Lima el primer Maklube Fraterno, un almuerzo que reunió a más de 550 personas en una jornada cargada de simbolismo, memoria y solidaridad, organizada junto a la Fundación Palestina Belén 2000. Fue la primera vez que se llevó a cabo un evento de estas características en Perú, marcando un hito en la historia de la diáspora palestina en dicho país.
En este contexto, el presidente del Club Unión Árabe Palestino, Tarek Kahhat, destacó el significado del encuentro como una plataforma para unir esfuerzos de las comunidades palestinas de distintos países.
“Este encuentro es el punto de partida de la unión de ambos países y de sus diásporas en pos de nuestra amada Palestina. Y qué mejor manera de hacerlo que solidariamente, yendo en ayuda de nuestros hermanos y hermanas palestinos”.



Solidaridad sin fronteras
Por su parte, el gerente general de la Fundación Palestina Belén 2000, Alexis Sfeir, puso énfasis en el carácter inclusivo de la solidaridad.
“Este encuentro en Perú es una prueba viva de lo que podemos lograr juntos, unidos, sin distinción de credo, ciudades ni políticas. Nuestra bandera es y debe seguir siendo solo una: la palestina. Queremos que este espíritu se replique en Bolivia, Colombia, Honduras y en cada país donde exista una comunidad palestina, para que nuestra voz resuene con fuerza. La solidaridad no tiene fronteras ni credos: nuestra ayuda llega a cristianos y musulmanes por igual, porque el sufrimiento no distingue religiones y la esperanza tampoco debe hacerlo”.
Estas palabras reflejaron el espíritu de un encuentro que buscó trascender diferencias internas para situar la causa palestina como un horizonte común y compartido por todas las comunidades.
Desde Santiago llegó el presidente de la Comunidad Palestina de Chile, Maurice Khamis Massú, quien subrayó los lazos históricos entre ambos países y la necesidad de transformar la solidaridad en acción concreta.
“Chile y Perú son pueblos hermanos, y nuestras comunidades palestinas están entrelazadas no solo por la sangre, sino también por profundas convicciones y anhelos de paz y justicia para Palestina. Juntos será posible aportar al necesario cambio de rumbo para que nuestra patria pueda convertirse, al fin, en una nación libre, construida sobre la base de una democracia que nos incluya a todos. Porque la diáspora y el exilio palestino no son una nota al margen de nuestra historia: son parte esencial de nuestro destino colectivo como pueblo”.


Cultura, memoria y compromiso
El almuerzo tuvo como plato central el tradicional Maklube, acompañado de intervenciones culturales dirigidas por Sara Abu Sabbah. Se proyectaron videos sobre la infancia en Gaza, la actriz Camila Abufom envió un saludo solidario y un grupo de niños interpretó la canción “Atuna Tufuli”, símbolo de la esperanza de las nuevas generaciones palestinas.
La música estuvo a cargo de Belén y Samir Giha, mientras se desarrollaba una campaña de recaudación destinada a reunir 100.000 dólares para programas de apoyo a la niñez palestina, reflejando la dimensión práctica y solidaria de la jornada.
Homenajes y presencia destacada
Durante el evento, el empresario Javier Abufom rindió homenaje al futbolista Emilio Saba, primer peruano-palestino en integrar la selección de Palestina. La jornada contó con la presencia de figuras como Felipe James, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias; el analista Farid Kahhat; el expresidente del Tribunal Constitucional Óscar Urviola; además de familias de tradición palestina como los Farah, Zeidan, Majluf, Abusada, Simón, Hamide y Mitre.
Un precedente regional
El Maklube Fraterno no solo reafirmó los lazos históricos de la comunidad palestina en Perú, sino que también se proyectó como un precedente de unidad regional. Las voces de Tarek Kahhat, Maurice Khamis y Alexis Sfeir coincidieron en que la diáspora palestina tiene el deber y la posibilidad de convertirse en un puente de solidaridad activa y de presión política para lograr una Palestina libre, laica, democrática y en paz.