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Cristóbal Majluf:
CÓMO LOGRO LLEVAR LA VEGA CENTRAL AL E-COMMERCE

  • Tiene alma y corazón de emprendedor. Y sus palabras dan cuenta que cada paso que ha tenido que dar para llegar a donde está. Cristóbal Majluf (43), es ingeniero comercial, casado y con cuatro hijos y, lo cierto es hoy en día, es el artífice de levantar el marketplace oficial de la Vega Central con el fin de que sus locatarios pudieran subirse al carro de la digitalización y vender sus productos. Todo un desafío y lo ejecutó en plena pandemia.

“El ‘ser emprendedor’ es más que querer hacer algo y realmente hacerlo. Yo siempre lo interpreto como ir a la guerra, pero en el mejor sentido de la palabra, porque hay que atreverse, saber que se tendrá que trabajar más… ¡mucho más! Y también tendrás que volverte un ‘todero’ -como coloquialmente me dicen ahora en La Vega-, porque hay que hacer de todo; tener la energía para alargar el día y al día siguiente hay que seguir avanzando. Creo que esa ‘adrenalina’ es lo que me hace el click, porque ser emprendedor no es fácil, pero tampoco es imposible.  Es ésa pequeña ventana lo que me mueve, ese ¡yo puedo hacer esto! Obvio, que hay que tener apoyo para poder emprender en proyectos y mi familia con su amor y compañía, los consejos de mi padre, quien sin duda es una persona muy sabia para los negocios, las palabras y amor de mi mujer, quien con su visión de comercio aporta enormemente, todos son el motor y combustible de esta fuerza interna que me mueve cada día”, comparte este descendiente palestino, cuyos abuelos viajaron de Beit Jala a Chile.

Y respecto a sus raíces, Cristóbal nos cuenta: “Soy ‘un mestizo’ de padre palestino con mamá chilena, tercera generación dado que mis bis abuelos son los que llegaron a Chile para buscar mejores oportunidades. Mi mujer es descendencia coreana, así es que también tenemos a nuestros mezcladitos, los ‘hijos prometidos’, -así le llamamos (a los niños) con un poco de humor con mi mujer-, pues al ser una mezcla de palestino con coreano, están perfectos, para liderar en el comercio de Patronato, en Recoleta. Desde que tengo uso de memoria sé que soy árabe y desde pequeño llevaba esa descendencia con orgullo, no era algo que me hacía sentir mejor que los otros, pero sin duda era algo por lo cual entendía que había una gran historia de por medio, por eso la respeto y la honro. Recuerdo que los almuerzos de domingos en la casa de mis abuelos. Era juntarse con los primos y tíos a disfrutar unas deliciosas hojas de parra, zapallitos rellenos o cualquier plato típico hechos con excesivo amor por mi abuela, ese panorama era algo que no te podía faltar en la semana. Esos platos que no solo te llenaban el estómago, sino que también el sentimiento de estar disfrutando de una preparación que «te pertenece», que es parte de tus raíces. No había nada mejor como los domingos con los primos y todos juntos en la casa de los abuelos. Así fue como crecí, rodeado de amor, apoyo, cuidado y de fuerza… Creo que es lo que me conecta y mantiene mis raíces fuertes. El concepto de unión y familia, el ‘hamule’, creo es un valor fundamental para ser y tener un buen sentido de la vida y, sin duda, creo te da la fuerza para sacar adelante proyectos y querer ser emprendedor”.

  • Cristóbal, ¿cuándo decidiste ser emprendedor, que te motivó a crear tu propia pyme?

Estuve viviendo fuera por varios años, pero cuando volví a Chile en el 2012 sabía que quería ‘hacer algo’, pero aún no sabía qué. A mediados del 2013 me crucé con un proyecto que me hizo “click” y fue mi primer emprendimiento, pero que dejé hace unos años. Ese proyecto significaba aprender muchas cosas nuevas e innovar en lo aprendido, reinventarse para poder llevarlo a cabo y ese desafío es lo que me motivó a hacerlo. Es como una fuerza interior que viene ‘de la guata’, te intimida, pero sabes que puedes llevarlo a cabo.  Por ejemplo, como Ingeniero Comercial no tenía por qué saber de fierros y finalmente terminé aprendiendo a soldar al arco. Di consejos para conseguir mejores resultados en el desarrollo de productos que muchas veces te alejan de tu zona de confort, pero creo que el aprender para mejorar como filosofía de vida, es sin duda, lo que me movió y me mueve hasta el día de hoy, para decidir en avanzar con un proyecto. 

  • ¿De qué se trataba esa pyme? 

Mi emprendimiento, era un e-commerce que vendía nuestro invento, patentado y conocido como el asador KANKA. Con este proyecto fue que me concebí como emprendedor, pues antes pertenecí al mundo corporativo desempeñándome en distintos cargos del área de marketing, cargos que, sin duda, me dieron la base y conocimientos extras para emprender.  Pero con KANKA tomé desafíos, fue aprender cosas nuevas y reinventarse varias veces… fue llevar una ‘producción de garaje’ hecha en una casa-oficina de Ñuñoa a una producción en masa de tu propio producto, fue un tremendo trabajo. KANKA se volvió bastante popular a nivel parrillero e incluso pasó a ser un concepto, porque ya no ibas a hacer un asado, ibas a «kankear» y ya no eras un parrillero, sino que eras un «kankero». Con este desafío final de creación de una marca es que aprendí los conceptos y estrategias digitales para llevar tu mensaje a la gente. Vender por internet un producto de marca propia, chileno, de alta gama, en un tiempo en que la venta por internet en Chile no era tan popular como ahora, fue un tremendo desafío. 

  • Pero ahora eres el gestor del marketplace de la Vega Central, ¿otro desafío y cómo lo lograste?

Mi ecommerce es Mercado La Vega, el marketplace oficial de La Vega Central y la idea parte con la simple base de recolectar y llevar prácticamente todos los productos frescos y convenientes que se venden en La Vega Central, en un solo despacho, a la casa, oficina, evento, almacén de barrio, o donde sea. En la página www.mercadolavega.cl, se entra y se puede navegar, ya sea por locatarios si eres conocido de La Vega, por producto o categoría; se van cargando todos los productos desde los distintos locales en el carrito de compras y listo! En un solo click. La Vega Central al ser tan diversa y tener locales con cosas tan distintas entre ellos, se logra organizar en nuestra web mediante sus categorías y tipo de productos. El sistema aún está en desarrollo, pero ya funciona y tenemos a muchos ‘caseritos’ felices que reciben semanalmente sus compras de Mercado La Vega en sus casas y la respuesta realmente ha sido súper buena, todos nuestros clientes aman los productos que le llegan desde La Vega y, esto es porque nosotros como equipo queremos llevar siempre lo mejor; nos preocupamos de mantener la calidad de lo que sale en base a lo que el cliente compra.  La Vega te da la oportunidad de, por ejemplo, comprar tomates de exportación XL o un tomate de la zona de tercera selección y ambos son deliciosos, pero son para distintos usos o gustos. Seguiremos aumentando el mix semanalmente, es súper interesante.

  • ¿Cómo dirías que son tus clientes?

Un caserito puede ser alguien que quiere tener productos frescos y de mejor calidad en su casa, hasta un dueño de almacén de barrio que prefiere ahorrarse las complicaciones de lo que es llegar a La Vega y comprar en persona. MLV (Marketplace La Vega) representa a los locatarios de La Vega y la idea es que día a día vayamos sumando más locatarios y, por ende, más diversidad y productos, con el fin de ofrecer toda la calidad, alternativas y conveniencia a los clientes.

Ricardo García, Pablo Muñoz, Jairen Martinez y Cristóbal Majluf

DIGITALIZACION EN LA HISTORIA DE LA VEGA CENTRAL

¿Qué fue lo que te motivó a crear y armar este marketplace?

Aparte de lo propio de un negocio, creo que lo que más me motivó fue el desafío de que, con mi humilde granito de arena, ‘culturizar’ poco a poco a los locatarios de La Vega Central. Hay que pensar que hay locatarios que llevan más de 60 años trabajando allí y que su forma de llevar el negocio siempre ha sido con el papel y lápiz. Obviamente tienen apoyo de sus contadores o familiares para hacer todos los trámites que ahora son digitales, pero la ‘forma’ de hacer negocio y vender se mantiene casi intacta. Es entrar en esta cultura, y en cierto modo, abrirles una nueva tienda, pero esta vez digital. Ha sido súper reconfortante y entretenido, no menos agotador y demandante, pero rico al final, porque La Vega no es solo productos frescos, deliciosos y convenientes, sino que también es la gente con sus historias y tradiciones. Esta experiencia me mueve y me hace querer ser un buen intermediario, ojalá llevar a La Vega Central a todos los lugares que se pueda. Nuestro equipo se encarga de enviar los productos seleccionados en un solo despacho. Unir a los locatarios de La Vega con más gente, eso me motiva mucho, que la conveniencia y calidad de lo que se puede encontrar en La Vega llegue a más lugares me mueve enormemente, porque como buen ‘paisano sibarita’ que soy, no hay cosa más rica que una mesa llena de productos frescos y de primera calidad al alcance de la mano y. por qué no decirlo también del bolsillo.

¿Cuesta emprender más aún en pandemia?

Siempre es difícil emprender y con la pandemia, es aún más complicado. No solo por todas las restricciones, que evidentemente son una barrera de entrada enorme, si no por el ánimo de todos en general. La pandemia nos ha afectado a todos, pero como dice el refrán: ‘en la dificultad es donde yace la oportunidad’, yo como buen emprendedor y paisano, vi la oportunidad de poder ofrecer a la gente algo auténtico y tan propio de nuestra ciudad que son los productos de La Vega Central de Santiago.

¿Qué te motiva a tener esta pyme?

La historia de La Vega la encuentro fascinante y, poder ser parte de su historia, en este momento que está cambiando es algo súper potente. Tiene una historia que se remonta a fines del 1800 y cuando uno entra a La Vega es como entrar a una ciudad distinta, con sus propios modismos y códigos, entonces poder llevar esto a un ámbito digital es lo que me motiva y sé que somos parte de una historia que se sigue contando.

¿Cómo llegaste a los comerciantes de la Vega?

Mi socio, con su fábrica de masas, lleva más de diez años en La Vega Central. Además, su mujer y su familia tienen otros locales más y llevan más de 50 años siendo comerciantes ahí. Así fue como en una conversación informal escuché la idea de mi socio, nos llevó a reunirnos y comenzamos a planificar el lanzamiento del Marketplace Oficial de La Vega Central. El tener contacto con ellos me ayudó a iniciar las conversaciones con los locatarios y con la administración de La Vega Central, pues conocían muy bien a la familia de la mujer de mi socio. 

¿Cómo les ha servido en su venta de productos?

Creo que aún queda mucho camino por recorrer, más que mal La Vega es gigante y si bien la plataforma ya funciona y hoy se está despachando, aún queremos mejorar para todos lados, clientes y locatarios; lograr una digitalización más profunda que mejore la operación del negocio. Pero, por ahora podemos decir que somos un canal que está creciendo en importancia de ventas como un «extra» para los locatarios de La Vega, y esto de todas maneras es algo muy bueno para todos.

¿Costó que se subieran al carro digital?

Un poco, pero entre la pandemia y el hecho que ya se está viendo un cambio generacional en La Vega, se ha hecho un poco menos complicado, muchas veces nuestros interlocutores son los hijos de los locatarios porque son ellos quienes siguen con la tradición familiar. Nosotros igual mantenemos la relación persona a persona con los locatarios y creo que es un factor a destacar y diferenciador de «la magia» que es el poder comprar en www.mercadolavega.cl, porque somos La Vega.

¿Cómo implementaste este marketplace?

Son muchas horas de trabajo y planificación. Comenzamos a funcionar hace solo seis meses, pero llevamos trabajando casi dos años en desarrollo. Se tuvieron muchas reuniones con los locatarios para poder subirlos al carro y luego nos ayudaron a afinar un poco el funcionamiento de los procesos y la operación de los sistemas. Sin embargo, el grueso del trabajo fue «dibujar» estos procesos con el fin de unir todos los requerimientos que se generan al hacer una compra o pedido. Es armar un cerebro que tome decisiones y lleve a cabo operaciones y mantenga los procesos en orden. Este Marketplace es una innovación en sí, pues si bien es un «multivendedor típico» por afuera, la operación que hay detrás con el hecho de consolidar y despachar todo en un solo viaje, es bastante más compleja y desafiante. Además, con los pocos locatarios que hemos subido al sistema ya tenemos más de 4000 productos disponibles en el Marketplace. Es una cantidad gigante si pensamos que ahora tenemos apenas el 5% de La Vega en el sitio. Es importante entender que, para implementar y probar los sistemas, partimos con los locatarios suficientes para poder ofrecer, por lo menos, el 70% u 80% de los productos que se puede encontrar en La Vega Central.  La idea es aumentar el número de locatarios con el fin de que los clientes puedan navegar todas las opciones. 

Finalmente, ¿cuánto es la demora de entrega?

Estamos partiendo, por lo que aún estamos implementando métodos para poder llegar rápido y temprano a destino, todo esto para mantener la frescura de los productos. Ahora y por la pandemia, estamos funcionando con zonas de despacho que se separan por comunas, donde cada zona recibe despachos dos veces a la semana. Por ejemplo, para Las Condes, Lo Barnechea, Vitacura, La Reina, Ñuñoa, Providencia, Colina y otros, sus días de despacho son todos los martes y viernes, lo que quiere decir que todas las compras que se efectúen antes de esos días serán despachadas el día que le corresponda, es decir, si compro un viernes, sábado, domingo o lunes, el despacho se hará el martes. No hay pedido mínimo y el costo de despacho varía según la comuna. 

Por Paulina Latrach Toro.

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