- Sin categoría

Ojo por Ojo ….

  • Jaime Abedrapo, Doctor en Derecho Internacional Público, autor del libro Palestina y la Indiferencia de los Estados; y Razones por las que Israel debiera comparecer ante la corte penal internacional.

El horror causado por Hamas se pagará con el horror que realiza Israel. En efecto, occidente en general le ha reconocido a Israel derecho a su defensa sin marco alguno de consideración. La barbarie de los atentados terroristas ha sido, al igual de lo sucedido tras el ataque de las torres gemelas en los Estados Unidos, una situación habilitante para golpear de manera inmisericorde al terrorismo.

El análisis de contexto es suprimido y es tiempo de halcones. Las oportunidades se toman, y Occidente, con Estados Unidos a la cabeza, se ha avanzado en la legitimidad para golpear sin cuartel a los terroristas, igual como lo hicieron con los afganos en su momento.

Jaime Abedrapo.

Recordemos que tras el objetivo de aniquilar de los Talibanes hubo efectos “colaterales”, entre ellos la muerte de centenares de civiles y el desplazamiento de más de un millón y medio de personas. Precio por pagar cuando se decide que no se debe mostrar debilidad. Es decir, reminiscencias de la ley de talión: Ojo por Ojo; Diente por Diente.

Los avances desde Grecia hasta la ilustración hoy experimentan un retroceso, ya que regresamos a las lógicas de un sistema de justicia que funciona con superioridad estratégica (militar, económica, política y comunicacional), como efectivamente cuenta Israel y Estados Unidos – por ahora. No olvidemos que China está mirando atentamente como Occidente se deslegitima precisamente en incumplimiento de las normas imperativas y de protección a la persona humana.

La dinámica del terror desde la acción y reacción

 Recordemos que la amenaza de terror también llegó a Occidente desde Irak, país que con posterioridad a ser “aplastado” en una guerra ilegal patrocinada por Estados Unidos, tuvo la espeluznante respuesta de ISIS, que motivó a una nueva era del terror.

En este espiral de violencia y deshumanización no se advierte interés en comprender las causas del conflicto (polemología), ya que si lo hiciéramos se desaconsejaría abrir una nueva ventana al terror y sufrimiento de personas y pueblos. La diplomacia (la política por medios pacíficos) desde hace décadas ha sido relegada en la actuación de las potencias del sistema internacional y regionales. Se han dedicado más bien sembrar el terror y crear un mundo más hostil.

En consecuencia, el guion se repite. Tras el acto terrorista de Hamas perpetrado el pasado sábado 7 de octubre, la reacción es la misma que en episodios anteriores, solo que más brutal. Al respecto, la opinión general de los líderes en occidente ha sido no entender el contexto, sino que legitimar la respuesta violenta, la cual asesinará a más personas (miles).

En perspectiva, desde el 2001 a la fecha la “Guerra contra el Terrorismo” ha incentivado el quebrantamiento a lo acordado en la Carta de Naciones Unidas y se ha relativizado el respeto a los derechos humanos (según la Carta de 1948).

En efecto, hemos sido testigos del uso de la fuerza militar en la promoción del terror como estrategia de agresión o moneda de pago, siempre responsabilizando al enemigo de ser “terrorista”, evitando así comprender los contextos. Ejemplo hay varios, la propia Rusia sobre Ucrania, (antes Georgia y otros), Estados Unidos en Irak, Israel sistemáticamente sobre los palestinos, entre muchos más.

Occidente habla frecuentemente de extirpar el cáncer terrorista, pero pareciera que antes que ello ocurra, exterminará a la humanidad y la noción de dignidad humana. En efecto, el mundo tiende a polarizarse entre civilizados v/s barbaros, entre ciudadanos v/s terroristas, en una dialéctica que solo engendra más violencia, terror y horrores. No hay espacio para comprender las causas que originan las hostilidades.

En consecuencia, estamos en momentos en que de nada sirve el contexto del conflicto. Estamos sumergidos en las fake news, el sentimiento de revancha y el negocio de la guerra. Así no hay manera de comprender la motivación de actos que expresan perversidad, como un ataque a civiles. En la mayoría de los medios de comunicación han suprimido del análisis la relación entre lo que ha significado el bloqueo asfixiante desde el 2007 sobre Franja de Gaza, los múltiples castigos colectivos recibidos desde hace décadas en dicho territorio tales como: operación Plomo Fundido, operación Margen Protector, operación Pilar defensivo, entre muchos otros, los cuales siempre han venido como respuesta alguna provocación a la seguridad de Israel. Tampoco es parte del análisis la indiferencia de los Estados frente a siete décadas de fracaso en la consecución de la creación de un hogar palestino, cuyo pueblo sigue viviendo bajo ocupación militar, soportando una constante confiscación de territorios., resistiendo frecuentes castigos colectivos, detenciones arbitrarias, entre otros crímenes internacionales.

Las convenciones de Ginebra y el régimen de derechos humanos son contrarias a la Ley de Talión, pero parece que están perdiendo la batalla cultural. Por ello, las circunstancias nos advierten que no hay espacios para el entendimiento, acuerdo y luego encuentro. Así el mundo se encamina decididamente a la prevalencia de los más “aptos”, dejando a los pueblos al devenir de la selección natural o imposición de los más fuertes, de alguna manera, un regreso al escenario mundial de antes de la Segunda Guerra Mundial.

Nada más evidente en ello es la propia airada reacción del representante de Israel en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas frente al Secretario General de la organización, Antonio Guterres, luego de que este señalara: “es importante también reconocer que los ataques de Hamás no surgieron de la nada. El pueblo palestino lleva sometido a 56 años de asfixiante ocupación. Vieron como sus tierras se llenaban gradualmente de asentamientos, fueron sometidos a la violencia, sus economías sofocadas, la gente fue desplazada, sus hogares demolidos. Sus esperanzas de una solución política a su difícil situación se están desvaneciendo”. Toda esta descripción es absolutamente fidedigna a la realidad, pero se intenta desconocer y hacer prevalecer la tesis de que Hamás está compuesta por infrahumanos, al objeto de justificar su aniquilación y exterminio sin consideraciones acerca de las consecuencias contra los civiles en los encarnizados ataques que el ejército de Israel realiza sobre Gaza. Al 24 de octubre la cifra de asesinados superaba las 5.700, entre ellos miles de niños.

Por lo tanto, es evidente que Israel supone que toda la población debe pagar – con el patrocinio de Occidente – la responsabilidad de los asesinados el 7 de octubre.  Desde la perspectiva jurídica y ética ello no encuentra justificación alguna.  Al respecto, los intereses parecen nublar la razón y relativizar los cimientos mismos de la humanidad, tanto es así, que efectivamente algunas democracias liberales, con Estados Unidos en primera instancia, se han opuesto a que estas situaciones sean investigadas por la Corte Penal Internacional, la cual fue creada con el espíritu de cautelar que no se comentan delitos de Lesa Humanidad como hoy observamos.

Tiempo para tambores de guerra y decadencia de la humanidad.

Deja una respuesta