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Apropiación cultural Israelí

“Hay mucho que la diáspora puede hacer para combatir la apropiación cultural Israelí”

  • Esta semana conmemoramos 75 años del Nakba, fecha que recuerda el éxodo palestino tras la fundación del estado de Israel. Con la colonización, Israel no sólo robó la tierra, también hizo suya la cultura e identidad palestina. El chef Fadi Kattan explica este fenómeno y qué podemos hacer para combatirlo.

Hoy es un día triste para los palestinos, conmemoramos un nuevo año del Nakba, la catástrofe. Recordamos que han pasado 75 años desde que inició el éxodo forzado de 700.000 palestinos que aún no pueden regresar, que la ocupación continúa impune y que junto con el destierro a los palestinos se les ha intentado despojar, además, de su identidad a través de una apropiación cultural.

Chef Fadi Kattan

Sobre esta apropiación, conversó con Al Damir el destacado chef palestino Fadi Kattan, quien es actualmente el mayor exponente de la gastronomía palestina moderna y cuya cocina da especial importancia a la historia de cada plato.

“Tras la Nakba, los palestinos no solo fueron desarraigados de su tierra, también de sus campos, sus viñedos y sus plantaciones. Las diásporas tuvieron que irse con muy poco, pero aún hoy, 75 años después, ves que cuando los palestinos llegan a campamentos de refugiados, lo primero que buscan es un plato de comida que les recuerde a su tierra. La comida es una parte vital de la identidad palestina, define quienes somos, por eso las diásporas pueden olvidar el idioma, pero se aferran a su gastronomía con fuerza”, reflexiona.

La apropiación cultural israelí en todas las áreas, desde el arte a la gastronomía, ha sido un proceso clave en la colonización del territorio, y tiene por objetivo lograr que los colonos generen una conexión con la tierra a expensas de borrar la identidad palestina.

El chef recuerda con especial indignación lo que ocurrió en el evento Miss Universo 2021, que se llevó a cabo en la ciudad de Eilat, construida bajo las ruinas de un pueblo palestino destruido en 1948. Israel organizó un paseo para las concursantes llamado “Un día en la vida de un beduino”, dentro de las actividades prepararon hojitas de parra y se les explicó que este era un plato clásico de “beduinos israelíes”. Las imágenes del evento se compartieron en redes sociales junto al hashtag “visita Israel”.

“Esta mentira ni siquiera tiene lógica, en primer lugar, porque los beduinos no son israelíes, en segundo, porque todos saben que no crecen viñedos en el desierto”, comenta el chef.

La gravedad de esto explica Fadi, es que un porcentaje importante de personas a nivel mundial desconoce la historia y creen que los platos típicos palestinos son en realidad israelíes. Este robo y apropiación cultural sistemático genera no solo el destierro físico, sino también cultural, y lo que peligra con esta manipulación de la narrativa, es que nuestra historia palestina sea borrada.

“Tenemos que recordar que Israel fue un proyecto de colonialismo europeo, y que la mayoría de los israelíes no nacieron en Palestina. Por eso, parte de la estrategia consistía en crear un lazo y establecer una historia con la tierra. Qué mejor forma que a tavés de la gastronomía, porque implica un sistema muy amplio, plantas, agricultura, etc…”, explica a Al Damir.

Fadi, ¿qué podemos hacer los palestinos que vivimos en la diáspora para combatir la apropiación gastronómica israelí?

R: Ya estamos en buen camino. Vemos que a nivel mundial hay un renacer de la gastronomía palestina. Chile es un gran ejemplo, cuando llegaron en los años ‘20, eran conocidos como turcos, luego árabes y ahora hay una clara identidad palestina. Aún hay mucho que se puede hacer: preparen platos palestinos todo lo que puedan, compártanla con sus amigos chilenos y háblenles de Palestina y su historia; importen productos palestinos; difundan recetas en medios mainstream y, en sus redes sociales, mencionen a Palestina siempre que puedan; publiquen libros y artíulos. Todo esto es celebrará a Palestina y su identidad, y ése es un mensaje al mundo muy potente, es la mejor manera de combatir la apropiación.

Por Stephanie Elías Musalem

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