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Benjamín Meruane, voluntario Fundación Belén 2000:

“LA FUNDACIÓN ES Y SERÁ UNA HERMOSA MANERA DE ACERCARNOS A NUESTRA TIERRA”.

Benjamín Meruane Mohor tiene 31 años y cuenta que formar parte del equipo del voluntariado es muy gratificante porque es parte del esfuerzo que acá en Chile hacen por tantos niños y jóvenes que viven en Palestina. Hace un par de semanas fue reconocido por el gerente general de Fundación Belén 2000, Alexis Sfeir, y por sus compañeros de voluntariado por la participación que he tenido. Cuenta que no se lo esperaba… “Sinceramente me emocionó, fue algo hermoso y tengo un galardón que me enorgullece mirarlo, me emociona y me encanta ver que tengo ese reconocimiento de parte de mis compañeros. Eso quiere decir que las cosas las he hecho de manera correcta. Es importante que se sepa que la Fundación es y será siempre una hermosa manera de acercarnos a nuestra tierra, a sentir su aroma y conocer más sobre nuestros antepasados”, comparte con orgullo.

Cuando le pregunto qué significa para él ser voluntario, este ingeniero comercial y product manager nos dice emocionado. “Ser voluntario es una de las mejores cosas que me podrían haber pasado, como lo dije en el Maklube del año pasado, agradezco el día que llegué a participar porque, desde ése momento nunca más me fui. Ser voluntario es entregar lo más preciado que tenemos como ser humano, nuestro tiempo y, no hay nada más gratificante que ver que logramos pequeños avances para ayudar a nuestros hermanos Palestinos que están a 13.398 km de distancia. Ser voluntario para mí significa acercarme un poco más a mis raíces y es una de las mejores cosas de mi vida”.  

Además, afirma que aún recuerda, como si fuera ayer, el primer día en que se sumó al voluntariado de la Fundación Belén 2000. “Cristóbal Manzur, el hermano de Karime, me invitó a participar en Maklube como voluntario, porque necesitaban gente….Al principio dije que sí pero lamentablemente por temas laborales no pude asistir, pero la reunión se canceló y cuando intenté sumarme, el mismo día del Maklube en el Estadio Palestino, ya no había cupos. Me resigné tristemente, hasta que Cristóbal me llamó una hora de que todo empezara y me dijo: ‘¡vente! Agarré mis cosas y me fui muy rápido a reemplazar a una chiquilla, que hoy en día es mi amiga. Lo más chistoso fue que cuando empecé a atender en las mesas, tenía el nombre de ella en el delantal. Esa noche recaudé muchas donaciones y me sentí muy útil; con muchas ganas de seguir participando en este hermoso evento. Posterior a ello, llegó una fuente llena de hojas de parra dónde yo -sin conocer a nadie más que Cristóbal- tomé la bandeja y me puse a repartirla a todos los voluntarios. Todos muertos de la risa y hasta el día de hoy me recuerdan ese lindo momento y, claramente lo tengo en mi mente como un tesoro preciado. Creo que todo esto fue más menos por el año 2017 o 2018, y para mí es imposible olvidar ese día, ahí empezó mi recorrido en esta linda Fundación”.

Cuando le preguntamos cuál es su motivación y dedicar tiempo a este voluntariado, Benjamín nos dice que “Sinceramente creo que la sangre tira. Participar en  Fundación Belén 2000 es algo especial; me llena y reconforta saber que todo el tiempo entregado significa mucho para los pequeños en Palestina. Me ha tocado recibir cartas de Navidad escritas por niños palestinos y créeme que es una de las cosas más lindas y simbólicas que me ha pasado en mi vida. Hasta hoy la tengo guardada en un lugar especial. Por lo mismo, trato siempre de coordinar mi horario laboral y familiar con el voluntariado porque sé que es la mejor forma de estar conectado con Palestina”.

LA LABOR DE LOS VOLUNTARIOS DE FUNDACIÓN BELÉN 2000

 


Para quienes no conocen este trabajo, es necesario destacar que realizan diversas acciones durante el año. Por ejemplo, para recaudar dinero en tiempos sin pandemia, el equipo de Juventud Belén 2000, se organizaba para las aperturas y cierres de piscinas en el Estadio Palestino y apoyaban todos los eventos como Lollapalooza donde han podido visibilizar el trabajo que hace la fundación por los niños de Palestina.

“Realizábamos los cumpleaños con sentido, lo que consiste en que el cumpleañero nos llamaba y en vez de querer recibir regalos, les pedía a sus invitados que hicieran la donación directamente a nuestra fundación. Como voluntarios estábamos presentes con algunos afiches y chapas para regalar a los asistentes y les contábamos sobre nuestro trabajo. También organizábamos fiestas para generar mayores ingresos, y el 2019, hicimos una fiesta donde hubo alrededor de 300 personas. Además, desarrollamos merchandising con nuestro equipo creativo como: tazones con caricaturas, pegatinas para los refrigeradores, calcetines de hatta, colet y cintillos de hatta también, además de otras cosas que fueron un éxito en ventas. Hoy en día estamos con las mascarillas junto a la fundación en cada presentación con stand que tenemos”, destaca Benjamín.  Y agrega: “cuando la fundación trae alumnos de enfermería a capacitarse a nuestro país, nos preocupamos de compartir con ellos, de hacerlos recorrer lo más posible Chile y también de disfrutar con ellos, eso ha hecho generar lazos que cruzan las fronteras y que no se perderán jamás. En el 2018 participamos de la Maratón de Santiago regalando poleras de la fundación y tuvimos más de 500 personas corriendo con nuestra polera, porque también vinieron paisanos de Palestina a correr y fue muy bonito”.

Finalmente, Benjamín Meruane extiende una invitación a todos los jóvenes árabes para que se sumen al voluntariado. “Lo primero es que se metan a la fundación como voluntarios porque, aparte de ayudar a los niños, generas lazos importantes, amistades hermosas y comparten diferentes anécdotas. Es una buena manera de generar lazos con tus raíces y sentirte un poco más cerca de Palestina. Debemos seguir con esta humilde organización, porque esto hace que Palestina siga viva y no sea olvidada jamás. Los voluntarios logran mayor difusión en la juventud, mayor conocimiento, que hoy en día está más enfocada en fiestas, tecnología y que no entregan tiempo a cosas tan simples y gratificantes como ayudar a una fundación. Se pasa increíble, se conoce gente y lo mejor, es que uno siente el corazón llenito. En todo este tiempo, he visto como voluntarios de 20 o 25 años siguen inscribiéndose o consultándonos como pueden participar. Da mucha alegría ver cómo gente que no conoce Palestina, sigue queriendo conocer más, y si Dios quiere, visitarla. Comparto con personas de mi edad, surgen ideas para ayudar a Palestina, con gente que es entusiasta en demostrar que Palestina existe más allá de sus fronteras, y que en Chile estamos presentes y luchando por una Palestina Libre, por una Palestina donde los niños puedan ser niños y disfrutar como cualquiera. Por eso trabajamos y nos esforzamos para dar lo mejor de cada uno. ¡Eso es la sangre!

Por Paulina Latrach Toro

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