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Theodoro Elssaca: Letras y poemas que inspiran

  • Es poeta, escritor, ensayista, artista visual, fotógrafo antropologista y expedicionario. Además, es presidente de la Fundación IberoAmericana, desde donde rescata y difunde la obra de autores hispanos. En 2013 recibió el Premio Mihai Eminescu, dentro del Festival Internacional Literario de Craiova, en reconocimiento a su prosa narrativa; mientras que en 2014 le concedieron el Primer Premio Poetas de Otros Mundos, en el marco del Ciclo Internacional de Poesía en Aragón.
Theodoro Elssaca.

Ha escrito cerca de una veintena de libros, principalmente poesía, el género literario que más presencia y visualidad le ha dado a Chile en el mundo. La poesía llega a ser una forma de mirar el transcurso del acontecer, una actitud, una forma de ser y estar aquí. También ha publicado en Madrid (Verbum 2014), un volumen con treinta narraciones, acompañado de un bello prólogo de Antonio Skármeta. Varios de sus cuentos han sido llevados a talleres, interpretados incluso como obras de teatro o cine. Pero eso no es todo, en otra línea de trabajo, escribe ensayos, que son publicados en revistas, libros y plataformas de universidades en Chile, Argentina, México, Estados Unidos, Rumanía, Croacia, España, Francia, por nombrar algunos países.  

Entre sus libros destacan: Aprender a morir (1983); Viento sin memoria (1984); Isla de Pascua, Hombre-Arte-Entorno (1988); Aramí (1992); El espejo humeante-Amazonas (2005) o Travesía del relámpago (Antología, Vitruvio, Madrid, 2013) y Fuego contra hielo (Verbum, Madrid, 2014), entre otros.

Es papá de dos hijos: Aramí y Alexander Elssaca Arcuch. Ella estudió arquitectura en parte en Chile y luego varios años en el Politécnico de Milano, con los grandes maestros de Europa, además ha estado muy cerca del piano y también es artista visual. Luego Alexander, que se graduó este mes con distinción en una ceremonia en la Universidad Católica, como Ingeniero en Sonido, y está culminando la producción de un disco, en su faceta de músico y fructífero compositor. 

En conversación con Al Damir nos comparte un poco de su historia y su amor por la poesía y de su último libro.

¿Qué significa que cuentes que el día de tu nacimiento en el calendario Maya está Fuera del Tiempo?

R: Fui parido una noche de tormenta, cerca de la orilla del río Maipo. Vivíamos en una casona llena de obras de arte, libros y fantasmas. El salón estaba protagonizado por un gran piano y siempre había alguien tocando alguna pieza fantástica, desde Mozart o Bach, hasta Liszt, Chopin, Ginastera o Piazzola. Ese día de mi llegada era un 25 de julio que, según la ancestralidad y cosmovisión del Calendario Maya, es el día fuera del tiempo.  Representa al “no tiempo”, momento para hacer una pausa, reflexionar y conectarse con la armonía del numeral Tzolkin y la naturaleza del universo. 

¿Recuerdas la primera vez que escribiste algo? 

R: En mi Ars Poética, publicada en Madrid (Vitruvio 2013), digo: “Antes de ser parido, ya era poesía”, y es por toda esa música que escuchaba allá al interior de esa esfera acuática. Mi madre era una gran pianista, y siempre muy interesada en toda la cultura, eso fue un alimento muy poderoso. Después comencé a caminar y “hundí mis manos en la tierra, donde me encontré con los gusanos que ya sabían el día de mi muerte. Los que se comerán mi lengua y mis ojos. Pero más allá de los gusanos y las piedras, me interesaron las semillas…”

¿Cómo te autodefines: poeta, artista visual u otro?

R: Sí, principalmente poeta y artista visual. A los trece años tuve un profesor de pintura, que me hizo aprender a ver las obras del Tiziano, Rembrandt, Goya, Van Gogh o Picasso. Después descubrí el arte de la fotografía, mientras estudiaba en la Universidad Católica, a través de un severo maestro alemán, que venía de la vieja escuela donde la fotografía significaba seis años de universidad, pasando por matemáticas, física de los cristales, química de los haluros de plata, etc., y después años de arte y composición.

Hace una pausa y agrega:

R: Mientras vivía en Europa, la fotografía me llevó a realizar varias expediciones por diferentes países, retratando Grecia o el milenario Carnaval de Venecia. Por el cercano oriente cruzando la depresión norte del Sahara, junto a las caravanas de los Tuareg y los Berebere, bebiendo de sus mismos pozos, cultura e historia. Otras fueron a Polinesia, Micronesia y Melanesia. También a la espesura de la selva del Amazonas donde murieron los tres amigos que me acompañaban, en un naufragio en medio del río más ancho, profundo y caudaloso del planeta (de allí nació: El espejo humeante-Amazonas, publicado en 2005), experiencias que han ido dando paso a exposiciones itinerantes y otros libros. Algunas de esas imágenes han sido reproducidas millones de veces en todo tipo de soportes, tomando vida propia. En mis inicios comencé estudiando Ingeniería Civil Industrial, pero luego de participar en los talleres literarios de Nicanor Parra (en la Universidad de Chile), y más tarde de otros autores, me pareció muy aburrido y me cambié a Diseño Industrial, en la Universidad Católica, donde también pude estudiar cine y realizar la famosa Licenciatura en filosofía, historia del arte y estética, que fue determinante en mi formación durante esa época larvaria.

¿Me podrías contar acerca de tus orígenes, tus abuelos o bisabuelos de donde eran?

R: Mis abuelos maternos nacieron en Beit jala, de hondas raíces palestinas. Mi abuelo paterno también, y mi abuela paterna, de apellido Saud, aporta una línea siria y también de Palestina. Todos llegaron a Chile entre 1885 y 1910. Más de un siglo de sincretismo religioso y cultural con este rincón al extremo sur del mundo.

¿Qué tan importante es estar en la Feria de Frankfurt?, ¿Cómo fue esa experiencia, ése momento?

R: Es tan importante que al ministro saliente le costó su cargo. En 1983 viajó a Chile nada menos que Peter Weidhaas, reconocido poeta, librero y presidente de la Frankfürter Büchmesse. Me contactaron desde el Goethe Institut (que estaba en Esmeralda 650), donde yo exponía 45 obras fotográficas sobre “América y Neruda”, y ya publicaba mis escritos en todo tipo de revistas, diarios, periódicos, antologías, etc. Yo había estado en varias ciudades de Europa a fines de los años setenta, y quería regresar. Tal vez por ello congeniamos de inmediato, al punto que llegando a su país me extendió una invitación oficial para asistir a la feria del libro más grande del mundo. Ése año y al siguiente fueron como invitados Borges, Octavio Paz, Benedetti…, trabajé en el tercer piso, dedicado de manera exclusiva a Iberoamérica, a cargo de Günter Simon. No se usaba aún nada del mundo digital. Por mis manos pasaban las cartas manuscritas por García Márquez, Isabel Allende, Julio Cortázar, Rosa Chacel, Rafael Alberti, etc., que pude conocer.

¿Qué te parece que Chile haya desechado ser invitado de honor a esta feria editorial?

R: Es un “error-horror” inexcusable. Yo te diría que estar en la feria de Frankfürt del Main, es un prestigio insuperable para cualquier nación. Es de esperar que en unos años más Chile pueda ser el invitado de honor, porque eso abre insospechadas posibilidades.

SU NUEVA AVENTURA LITERARIA

¿Cuéntame acerca de tu último libro?

R: Bueno, espero que no sea el último. Más bien es mi nuevo libro, que no es en ningún caso un libro más, pues con esta publicación (Ediciones IberoAmericana 2023), conmemoro los cuarenta años de mi primer libro, que salió al mundo en 1983. Se llama Tribu de la palabra, y es mi reconocimiento a los autores que se cruzaron en el misterio del caminar por este mundo o que sus obras me impresionaron al punto de ampliar la mirada. Son setenta poemas, y abren el fuego: Huidobro, Teresa Wilms Montt, Mistral… Entre ellos se encuentran: Homero, Hesíodo, Tales de Mileto, Platón, Omar Khayyam, Cervantes, Shakespeare, Rubén Darío, Mistral, Pablo de Rokha, Neruda, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Edgar Allan Poe, André Bretón, Guillaume Apollinaire, hasta autores actuales. También hay un extenso poema a la escultora Marta Colvin, a pintores como Da Vinci, Goya, Cézanne y mucho más.   

¿Cuándo lo comenzaste a armar?

R: Hay poemas de la época de mi primer libro, pero que nunca había publicado. La mitad del libro se fue escribiendo como un homenaje al otro, una ofrenda. En los últimos diez años escribí la otra mitad. Son más de trescientas páginas de poesía inédita.

Hay un libro que lleva el nombre de tu hija… ¿De qué habla?

R: Lo escribí a su llegada este mundo, como un acontecimiento excepcional. Aramí viene de “princesa”, en árabe. Ella es la faraona resucitada con la cabellera llena de soles. También hay un poema muy potente dedicado a Alexander, que es el músico del alma y Jaguar del Sol.

¿Cuándo vas a presentar tu nuevo libro, dónde? 

R: Ya ha tenido cuatro presentaciones en cuatro ciudades distintas: en Santiago, luego en el Festival Internacional “Wine & Poetry”, de Santa Cruz. En la Expo Libros. En el Palacio Rioja de Viña del Mar. Todas transmitidas en vivo vía streaming y grabadas. Ahora viene la presentación en Chillán y luego en Concepción. Y se están coordinando las presentaciones en otros países de Latinoamérica, y luego Madrid, Barcelona y París, tres ciudades a las que viajo con frecuencia y donde he vivido. Me gustaría presentarlo en el Club Palestino, para celebrar la llegada de la primavera.

¿Dónde lo pueden comprar?

R: En librerías: Antártica (en todo Chile), Nueva Altamira, Takk, Qué Leo, y también en plataformas como www.lakomuna.cl

Por Paulina Latrach T.

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