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Voces de amor de Chile por Palestina

  • En nuestra revista Al Damir le pedimos a varios de nuestros entrevistados del último año que escribieran o nos compartieran su sentimiento por los ancestros, sus abuelos o familias y por la tierra que hoy vive momentos de dolor y sufrimiento. Estas son palabras cargadas de sentimiento y que oran por la Paz.

Queremos que a través de algunos poemas o pensamientos estas personas puedan compartir el infinito amor que sienten por Palestina y la tristeza por los miles de personas que han muerto en la Franja de Gaza y que cada día siguen aumentando. Estas son sus voces.

Jawad Al-Samak, palestino de la Franja de Gaza nos comparte: “Nací y crecí en Gaza, Palestina, y aprendí todo sobre el significado de la palabra patria. El significado de ese sentimiento que vive en mi corazón. No sé cómo describir esta emoción, excepto que vive y crece conmigo todos los días. A pesar de la distancia de mi hogar debido a las difíciles circunstancias que atraviesa mi país, Palestina. El amor por mi patria crece dentro de mí cada día, con cada letra de su nombre me siento dueño del mundo entero. Palestina no es sólo un país árabe o un lugar donde naciste, sino que es un asunto de todos los musulmanes y del mundo entero, que se preocupa por la humanidad y rechaza toda guerra. No es necesario ser árabe o musulmán para poder simpatizar con Palestina, sólo hay que ser una persona que tenga la capacidad de expresar un sentimiento de simpatía por los niños, los que sufren cada día y las mujeres que mueren a causa de las guerras en Palestina y Gaza, todo en pos de la libertad, dignidad y paz en su patria, querida por todos nuestros corazones. Aunque el precio que pagamos es muy alto, el país merece que le demos todo lo que tenemos. Escribo estas palabras, porque extraño a mi familia y a aquellos que viven en Gaza bajo el continuo bombardeo israelí. Algunos de ellos ya han muerto debido a los repetidos bombardeos y otros murieron quemados con la sustancia prohibida internacionalmente el fósforo blanco que Israel arrojó sobre Gaza sin piedad. Hay quienes murieron, hay quienes están heridos y otros que no pueden encontrar un medicamento para tratar su dolor, porque Israel se niega a llevar ayuda a la Franja de Gaza. Ahora, no sé nada de ellos ya que cortaron el internet y la comunicación. La vida que vive la gente allí es muy dura, no hay agua. No hay electricidad, ni internet, ni comunicación. Todo es muy difícil, no hay hogares ni un lugar seguro donde vivir. A pesar de todo eso, somos un pueblo que ama la vida, ama vivir en paz y ama la alegría. Siempre decimos: devuélvenos nuestra tierra y vivamos en ella, en paz. Lo que más me duele en este momento, es que los niños en Gaza no crecen, porque mueren antes de aprender el significado de la vida. El enemigo israelí no quiere que el niño viva en Palestina para que la causa palestina muera con él. Pero seguimos trabajando con todas nuestras fuerzas para que la voz palestina desde debajo de las cenizas llegue a todo el mundo y lo último que podemos decir es que Palestina volverá a nosotros. Reconstruiremos la casa demolida, daremos luz a la Palestina, reconstruir el hospital, la mezquita y la escuela. Creceremos y viviremos en paz con el mundo entero con amor y Palestina será libre algún día… Oren por mi país”.

LA POESÍA DE AMOR POR PALESTINA

«Mi nombre es Rose Marie Butto G., escritora y poeta de Cartagena, hija de Khalil Butto Handal y Rosa Gallardo Paz.  Mi sangre árabe está muy arraigada en mis entrañas, porque fui criada por mis abuelos paternos Regina Handal Handal y Gabra Botto Botto. El 13 de octubre recién pasado, lancé mi Libro «Horizontes rescatados», un poemario que contiene variados temas, pero principalmente, el tema de la familia y de mi sangre palestina. Un trabajo en familia, mi nieta Dominique Carmona Rieutord, es la autora de los dibujos en la sección de poesía infantil, mientras que mi esposo, Víctor Carmona A., es el autor de la pintura de portada del libro. Uno de mis Sonetos «Palestina Espera», se convirtió en canción, en la voz y guitarra del destacado artista de la zona, Maximiliano Ilabaca”.

Y agrega: “Palestina es la sangre que corre por mis venas con mucha fuerza. Todas las guerras son horrorosas y quienes se llevan la peor parte, son los pequeños inocentes.  Lo que está pasando en la Franja de Gaza, es sin duda, lo más macabro que he visto en mi vida, después de la «Masacre de Sabra y Shatila» en 1982. No existen palabras para esta nueva masacre a Palestinos, que ha cobrado la vida de más de 8.000 personas, donde más de 3.000 corresponden a niños, mientras transcurren los días, esta cifra va aumentando. De esta descabellada matanza, nacieron nuevos poemas, que son materia de “Horizontes Rescatados II”.  La Décima «Horror en Gaza», habla desde mi corazón, de todo el tormento que siento por el sufrimiento de Palestina. El pueblo palestino en Chile y en el mundo, estamos sufriendo, nos afecta grandemente este pesar, sentimos nuestra la pérdida de tantas vidas humanas inocentes e impotencia de no poder detener este genocidio.  Lo único que nos queda por hacer, es elevar los brazos y orar. Además, podemos realizar donaciones por medio de Fundación Belén 2000, porque toda ayuda suma para Palestina”.

HORROR EN GAZA por Rose Marie Butto

¡Mi Dios! Hoy quiero contarte

la matanza en Palestina

cómo Gaza está en la ruina

¡ya no sé cómo llamarte!

¿dónde estás? quiero buscarte.

Nos dejaste un paraíso

pero presencia lo que hizo

el que tomó nuestra tierra

a inocentes dio la guerra

dando muerte a quien él quiso.

Mis ojos el horror vieron

niños, mujeres, ancianos

y jóvenes con sus manos

de rodillas se pusieron

tu piedad ellos pidieron.

Pero caían misiles

atacando a los civiles

los envolvieron las llamas

miles de vidas humanas

masacrados por fusiles.

Mis lágrimas se han caído

mi corazón se estrangula

mi alma afligida deambula

¡Señor!, un recién nacido

en mártir se ha convertido.

Los hombres se desvanecen

cuando en sus brazos perecen

sus pequeños inocentes

no tendrán sus descendientes

hoy al cielo pertenecen.

Ayuda y socorro pido

la sangre corre por Gaza

el mundo los despedaza

no lo dejes al olvido

que ya bastante han sufrido.

Exterminio no permitas

en las manos de sionistas

hoy las calles son torrentes

con la sangre de inocentes

y de personas benditas.

¡Altísimo!, yo te imploro

¡a tus hijos no abandones!

oye nuestras oraciones

que se escuche bien sonoro

envíales tu socorro.

Porque a miles han matado

y a otros miles mutilado

basta ya de la tortura

que son años sin censura

hoy, yo te hago este llamado.

Bárbara Álamo de KetoClub nos comparte: “Palestina para mi es mi sangre, mi cultura, ¡mis raíces! las siento muy profundas en mí. Y cada vez que he tenido la oportunidad de ir, me siento parte de esa tierra, uno se siente “en casa” … Ser palestina es un profundo orgullo. Somos cariñosos, resilientes y siempre con la esperanza por delante a pesar de las dificultades. Nuestro legado cultural es tan rico desde tantos aspectos, que como comunidad y más aquí en Chile siendo la diáspora más grande del mundo, es algo que vamos a ¡preservar por siempre!

Bárbara Álamo.

Para Tamara Ferj destaca que es muy importante la labor de la Fundación Belén 2000, más aún en estos momentos en que es tan impactante lo que está sucediendo. «En este momento de oscuridad, quiero enviar un mensaje de fuerza, paz y amor a mis hermanos y hermanas Palestinos. Me duele el corazón ver como la tierra de mi familia ha sido bombardeada y destruida, y también al escuchar los testimonios de aquellos que han sido perseguidos y exiliados por años.

Y agrega: “Me duele Palestina, me duelen mis raíces árabes, y me duele profundamente, el sufrimiento de un pueblo amable, lleno de bondad y generosidad. Me estremece ver sobre los escombros, la bandera de la tierra que me da una identidad heredada en la sangre. Ese emblema rojo, blanco, negro y verde que, como un faro de resistencia, transmite la fortaleza de un pueblo que se aferra a sus derechos y cultura ancestral, para estar más presente que nunca ante la cruenta adversidad del conflicto. Palestina es un pueblo que se niega a ser olvidado, resistiendo con coraje y recordándonos que, a pesar de las ruinas, la llama de la esperanza nunca se apaga. Hoy, elevemos nuestras voces en busca de justicia y paz, porque necesitamos que nuestro grito se escuche con fuerza para luchar por un mundo, donde la compasión prevalezca sobre la violencia y donde cada niño y niña pueda disfrutar de la inocencia de su infancia, sin miedo ni opresión. ¡Palestina, resiste!».

Por su parte, la periodista Paulina Yarur nos comparte con todo su cariño:¡Ay mi querida Palestina, hago míos tus suspiros de libertad! El deseo de abrir de tus alas y expandirte hacia el horizonte, de convertirte en una nación libre inunda mis sentidos y me impulsa a volar por ti.Demoré muchos años, años en conocerte, casi la mitad de mi vida, pero al llegar a ti todo cambió. Sentir tu calor me transformó. Apareció la niña que respira en paz al llegar al lugar donde nació su historia. Gracias a ti, tierra noble y cálida, ahora observo el mundo desde una perspectiva diferente. Entiendo la esencia de lo que somos, la raíz de nuestra cultura, el amor hacia la tierra y la solidaridad de los seres humanos. Aunque me siento orgullosa del país que me vio nacer, ‘Tú Palestina eres mi patria’. Mi compromiso es difundir tu legado, hacerte vivir para siempre en mi corazón y nunca olvidar tus anhelos de libertad. Tu eres el amor a nuestra madre, nuestra tierra y nuestra esencia. Cientos de aves dispersas por el mundo vuelan por ti y su viaje es para recordar que no te hemos abandonado, nunca lo haremos…”.

Paulina Yarur.

La pintora Alejandra Musalem nos envió una imagen de una madre con su bebé que fue realizada pensando en todas las madres que luchan por sobrevivir y salir adelante en territorio ocupado y zona de guerra como es Gaza. “Palestina en el corazón envuelve tristeza e impotencia, la terrible sensación de que quieren eliminarla del mapa sin ser exagerada una vez más se confirma No podemos mantenernos ajenos frente al horror, frente a los miles de palestinos y ¡niños asesinados! Todo lo que vamos sabiendo a través de medios, generalmente alternativos, que ayudan a que la realidad salga a la luz y no sea ocultada por los mismos de siempre que ostentan el poder. Resulta difícil en estos momentos un mensaje de esperanza, tenemos que comunicar cada cual dentro de sus posibilidades el genocidio que se está efectuando, solo alzando la voz podemos hacer consciente a los demás, necesitamos que los mensajes de denuncia lleguen a todos los rincones del planeta, solo la condena transversal podrá traer algo de esperanza para detener la barbarie… Hagamos oración para aquello, mantengamos esa fuerza en el corazón y en nuestras palabras”.

Theodoro Elssaca y su hija Aramí tampoco han querido estar ausentes y ambos han querido escribir dos poemas para Al Damir pensando en lo que sufre el pueblo palestino, cargados de sentimientos.

A los niños, aquellos niños asesinados en Palestina

Desde el éxodo, en las costas del Pacífico navega mi alma,

acompaño al sufriente. Camino por los escombros, cenizas

de hogares. Cuerpos mutilados. En mis oídos retumba la tumba.

Estallidos de bombas, rompen esquirlas la materia, pero no la

voluntad. Desde el dolor, llantos de madres sobre los cuerpos

de los niños… de los niños muertos. Niños que no jugarán, no,

no habrá ecos de risas. Aniquilación implacable. Muertos.

Pies que no caminarán, manos que no acarician el alba, ojos

abiertos mirada infinita. Horror de cuerpos desmembrados

junto al muro de la vergüenza que crece siniestro y se extiende:

demencial laberinto que rompe y divide el territorio usurpado.

Holocausto que hoy lleva el nombre martirizado de Palestina,

tierra de los olivos mil veces avasallada, tierra ancestral de Canaán.

Pueblo que muere aferrado al origen entre naciones ciegas, sordas

y mudas. Gaza dolor y Ghetto feroz, peor que el infierno dantesco.

Devastadora masacre en la impunidad que denuncio.

La historia se repite, dos mil años.

Caigo arrodillado sobre las cenizas

y extiendo mis brazos al universo,

miro al cielo incendiado de muerte y grito:

¡Padre, Padre ¿Por qué nos abandonas?!

No me responde. Desde ningún lugar vienen sus palabras,

ni su corona de espinas, espesa de oscura y torturada estirpe.

Solo se escuchan las balas, bombas del albur cayendo crueles

por todas partes, apuntando a los niños, para negar el futuro.

Voces emergen para decirme que el flujo de la sangre derramada,

tempranas vidas extintas, doblegarán -Al Damir- la conciencia.

Sostenido en el aire permanece el canto de los niños muertos,

bastión y semilla que alienta al que sobrevive.

Anhelo por Aramí Elsaca Arcuch

En retrospectiva, me hablaron de ti desde pequeña, histórica, santa, poblada de gente bondadosa, pero tantas veces saqueada, fracturada, destruida. De generación en generación te nombraron, con fervor en cada palabra y con ojos vidriosos, te escuché, te añoré.

Me palpita el alma como la percusión, al danzar un Baladi, al degustar un relleno especiado, en la humareda del Arguile compartido y al entregarme a la melodía del Derbake.

Imagino que mis pies tocan tu tierra sagrada, raíces y ancestros.

Espejismo de bisabuelos que me susurran remota sabiduría.

Soy cobijada por el poderoso clan de mi linaje.

Sobre un monte y bajo el olivo, permanezco admirándote.

Me veo caminando en las sinuosas calles empedradas, rodeada de niños con ojos iluminados, sonrientes y de pies descalzos. Extasiada en el bazar de las especias, jabones artesanales y telas. Fascinándome por la minuciosidad de su gente y la pasión de mantener nuestras tradiciones.

Seducida por el sol dorado cayendo sobre el mar muerto.

Con la llave de mis progenitores, abro la puerta del hogar abandonado.

Tantas veces te sitiaron, saquearon, mataron, pero aún sigues resucitando, resistiendo.

En mis sueños te anhelo, pienso y siento, vives en mí ¡Palestina!

Para la empresaria Elizabeth Kassis de Kassa Hotel escribió:“para mi ser descendiente de palestinos es llevar en el corazón un legado de generaciones, es abrazar una historia de lucha y supervivencia que se teje con los lazos inquebrantables de la familia. Es la resiliencia forjada en un territorio marcado por desafíos, donde el honor y la dignidad son tesoros más valiosos que cualquier riqueza material. Ser palestino es defender la libertad con pasión, con el compromiso de escribir nuestra propia historia, a pesar de las adversidades que enfrentamos. Es llevar la actitud de nunca rendirse, de levantarse una y otra vez, con la esperanza de un día ver ondear la bandera palestina en un cielo de paz. En cada uno de nosotros late el corazón de una nación que persiste, y somos un testimonio viviente de que, a pesar de todo, la identidad palestina perdura, enraizada en nuestros valores y en el amor por nuestra tierra”.

UNA HISTORIA DE AMISTAD

Carlo Schriever de Café Solidario no quiso estar ausente y nos compartió la historia y el amor que siente por el pueblo palestino, el cual forjó a través de una amistad desde su infancia.

“Cuando era niño (9 años), estudié en el Colegio Árabe de Viña Del Mar, en donde nos enseñaban a cantar, hablar y escribir en árabe de (derecha a izquierda) guardo los mejores recuerdos de ese colegio hasta el día de hoy, sobre todo de mis compañeros y profesores, con los que aún tengo contacto. Guardo un especial recuerdo de mi amigo David Makluf, con quien compartimos puesto en clases y con quien fuimos grandes amigos, y con quien por primera vez conversamos de Palestina e Israel a nuetros nueve años. Conocimos la palabra injusticia y vimos en los colores de esa bandera y en la imagen de Yasser Arafat y su traje verde olivo a un salvador capaz de lograr, lo que en 75 años no se ha podido lograr. Recuerdo que mi amigo me hablaba con seguridad y me decía que un día él estaría a cargo de Fearab y que obtendría logros en la causa de Palestina, sé a ciencia cierta todo lo que ha hecho su hermano Salvador Makluf por la causa Palestina en Chile y el mundo y sé de su incansable lucha por cooperar en todos los aspectos. De un momento a otro mi amigo David se enfermó de cáncer y murió. Y yo desde los 9 años, que he tenido una posición y un anhelo para Palestina y de alguna forma en vida le hice una promesa a mi amigo David y ha sido cooperar, gestionar, generar lazos y cumplir el ir en ayuda de Palestina”.

También agrega: “Hoy tengo 45 años y, mi compromiso sigue en pie y sé que la necesidad es aún mayor y es por lo mismo que no descansaré, hasta lograr ir en ayuda de manera concreta con el Café por Palestina, donando, difundiendo lo que está pasando, marchando, sabemos que hoy más que nunca Palestina nos necesita a todos unidos, trabajando en todos los aspectos posibles, primero para que cese el fuego, para que se entreguen los rehenes, para la condena mundial a este genocidio y para que se respete la creación de dos estados y los tratados de la ONU y de Oslo. ¡Dios quiera así sea! y sabemos que esto no se acabará de un mes más a otro, Palestina está destruida y sus habitantes deben estar muy mal, es mucho lo que hay que hacer por Palestina por sus refugiados, por los que han muerto, por el trauma de la guerra y de 75 años de ocupación y opresión. Es una tarea larga y yo voy a ayudar a que pasen cosas buenas para Palestina, como hubiese querido mi amigo David Makluf y cualquier ser humano de bien en el mundo”.                

Para Cristóbal Majluf de la Vega Poniente nos escribió: “Desde pequeño que llevo a Palestina en mi corazón, y todo partió desde que tengo uso de memoria, pues los domingos era sagrado ir a la casa de los abuelos a almorzar, a ver a los tíos y a juntarse con los primos, no fallaba la junta familiar de los domingos y tampoco las maravillas que llenaban la mesa. Siempre recuerdo que la reunión se llevaba a cabo alrededor de la mesa, festines interminables y delicias que solo se podían probar, con ese sabor «único», en la casa de los abuelos. Ver a la abuela preparando todo, corriendo por toda la cocina, ¡que ‘locura’ más linda! … Qué mejor que jugar y jugar con los primos para luego irse a disfrutar de tus rellenos favoritos. Para mí eso es en parte ser palestino, el importantísimo valor por la familia y reunirse con ellos, tenerlos siempre cerca, sentir el calor del hogar en casa de familiares, y una mesa de sabores interminables. ¡Llevo orgulloso a Palestina en mi corazón, mi mente y, sin duda, en mi paladar!

La nutricionista Katalina Khalilie Jadue nos cuenta “soy chilena, sin embargo, me considero ciento por ciento palestina. Me emociono de solo decirlo, es un sentimiento único. Me enorgullece en lo más profundo. Nacer en una familia de inmigrantes trae consigo la lucha, la resiliencia, el amor a tus orígenes y costumbres; ver a mis abuelos y papas crecer y enseñarnos lo hermoso de ser árabe. A todo palestino lo veo como un hermano, veo a mis papas en los padres palestinos, veo a mis hijos en los niños de palestina y admiro a las mujeres palestinas tal como admiro a mi madre. Todo lo bueno es Palestina. Mi objetivo es transmitirles a mis hijos de donde vienen, nuestros valores y que algún día ellos puedan volver. Me dueles tanto palestina. Eres mi sangre, eres mi causa, eres mi esencia, y es por eso, que me duele tanto. Lo único que pido a Dios es que esta pesadilla termine, que se acabe la injusticia y seguir en este mundo cuando palestina sea libre y poder verlo. mi mayor sueño es ver a mi gente vivir, y vivir libre”.

Patricia Rabajille Diuana comparte con Al Damir: “soy descendiente sirio libanesa; pero casada hace 32 años con Alejandro Manzur Yanine, que es palestino por ambos lados. Tenemos cuatro hijos y formamos una extensa familia palestina-sirio-libanesa; donde al menos una vez a la semana nos juntamos con alguien del hamule. Aquí les dejo mi sentir por Palestina; tierra de la que me enamoré en el viaje familiar ‘Back to the roots en 2020’. Palestina se lleva en el día a día, en la comida que comemos, en cómo nos expresamos, en el respeto hacia nuestros mayores, en la música, en la familia y las reuniones multitudinarias. Palestina va más allá de las fronteras físicas de un país, corre por la sangre y en los valores y tradiciones que como padres traspasamos a nuestros hijos. Mientras nosotros hagamos correr la posta, Palestina vivirá… Free Palestine”.

El empresario Sebastián Adauy también quiso estar presente en esta nota y nos escribió: “Para mí es muy fuerte ver todo lo que está pasando en Gaza. Mi familia es de Beit Jala, llegaron a Chile en busca de un mejor futuro para ellos y sus familias. Tengo la suerte de estar acá y seguir con todas las tradiciones que trajeron mis abuelos. Ver como miles de niños y familias no corren la misma suerte, me parte el alma. Me convertí en padre hace unos meses y, en cada cara de los niños palestinos en Gaza veo la de mi hijo. Ahora entiendo de verdad lo que deben estar sintiendo todos los Palestinos que están muriendo injustamente en Gaza. Pero, al mismo tiempo, me llena de orgullo ver como comunidad seguimos más fuertes que nunca. En nuestras familias y trabajos debemos seguir llevando el ejemplo de resiliencia y fuerza Palestina, no dejar que las tradiciones se borren. Yo agradezco profundamente mis raíces. Creo también, que más allá de las diferencias que existan entre religiones, etnias, etc., debemos pensar en que, primero que nada, somos seres humanos y todos merecemos un trato justo y libre de violencia. La guerra solo trae malas noticias para ambos bandos”.

Finalmente, Constanza Tumani Daccarett nos compartió “Palestina es cultura, es historia, es tradición. Ser palestina forma parte de mis mayores orgullos. Forma mi identidad, se siente y se lleva en la sangre. Es el origen de mis valores y seguir el legado es honrar a mis antepasados. Palestina es un sentimiento de orgullo y felicidad que ojalá todos pudieran sentir. Palestina es pertenecer, es hospitalidad, es generosidad y bondad. Palestina vive en mí, Palestina es mi causa. Palestina es y será”.  

Por Paulina Latrach T.

Editora General de Al Damir

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